miércoles, 6 de enero de 2016

Segunda Revolución Industrial (1870-1914)

Segunda revolución industrial

La segunda revolución industrial se desarrolló entre 1870 y 1914. Se caracteriza por la aparición de nuevas fuentes de energía (la electricidad y el petróleo), nuevas industrias (química, eléctrica), la revolución en los medios de transporte (el automóvil) y el surgimiento de nuevas potencias industriales (Estados Unidos y Alemania).

Nuevas fuentes de energía

El carbón había constituido la principal fuente de energía durante la primera revolución industrial, en la segunda se utilizaron otras nuevas: el petróleo y la electricidad.

El petróleo se conocía desde la Antigüedad pero su aplicación industrial comenzó a mediados del siglo XIX. Primero como fuente energética para el gas natural del alumbrado de las ciudades, a finales de siglo como combustible para los motores de explosión de gasolina (inventados por el alemán Karl Benz en 1885) y de gasóleo (ideado por Rudolf Diesel en 1897). El petróleo también se empleaba como materia prima para la fabricación de materiales plásticos, actividad que dio lugar a la industria petroquímica.

La electricidad fue la gran innovación como fuente de luz, calor y energía. Tuvo múltiples aplicaciones en la industria, la vida cotidiana, el alumbrado público, los transportes (los tranvías eléctricos sustituyeron a los tirados por mulas y caballos), las comunicaciones (telégrafo, teléfono, radio) y el ocio (fonógrafo, cinematógrafo). Una serie de innovaciones técnicas perfeccionaron la generación, el transporte y el uso de la electricidad: las dinamos, alternadores y transformadores eléctricos, los cables de alta tensión y la bombilla de filamento incadescente (Edison).

La fabricación de material eléctrico impulsó la creación de grandes empresas como Philips en Holanda, Siemens y AEG en Alemania, General Electric y Westinghouse en Estados Unidos.

Industrias siderúrgicas y metalúrgicas

Las industrias pioneras de la primera revolución industrial mantuvieron su importancia gracias a la utilización de nuevos metales: acero, aluminio, níquel, cinc, cromo, manganeso.

El acero (una aleación de hierro y carbono) se convierte en el metal de mayor uso en numerosas actividades económicas (armamento, barcos, aparatos de precisión). La invención del convertidor Bessemer (1855) y del horno Martin-Siemens (1867) permitieron la producción de grandes cantidades de acero a bajo precio. Las características del acero ---elasticidad, dureza, resistencia--- se aplicaron en la construcción de puentes, barcos, ferrocarriles y en la fabricación de máquinas y motores más precisos, ligeros y de menor tamaño.

La aplicación de otros metales como el cromo y el níquel creó aceros especiales (acero cromado, acero inoxidable) de alta resistencia que se convertirán en la base de las industrias del automóvil, de la aeronáutica y del armamento.

El aluminio, un metal muy ligero y resistente, fue descubierto por Wökler en 1845 pero su uso no se generalizó hasta 1866 cuando se aplicó la electrólisis en el proceso de producción.

Industria química

El nacimiento de la industria química a mediados del siglo XIX estuvo ligado a los avances científicos y técnicos. Su aplicación se extendió a numerosos sectores: fibras artificiales y colorantes sintéticos para los textiles, explosivos (dinamita, nitroglicerina), fertilizantes agrícolas, medicamentos, perfumes, material fotográfico, productos de base para procesos industriales (sosa, ácido sulfúrico).

Destacaron las empresas alemanas como Bayer, BASF, Hoescht.

Revolución de los transportes y comunicaciones

La revolución de los transportes se había iniciado con la aplicación de la máquina de vapor al transporte marítimo (barco de vapor, 1807) y terrestre (ferrocarril, 1825). Durante la segunda mitad del siglo XIX recibieron un impulso fundamental que los extendió por todo el planeta.

El ferrocarril.

En 1850 apenas había 38.000 km de vías férreas en el mundo; en 1913, eran 1.110.000 km. La mejores redes ferroviarias se encontraban en Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Francia y Estados Unidos.

La sustitución del hierro por el acero mejoró la resistencia de los raíles y, por tanto, la velocidad, la seguridad y la capacidad de carga de los vagones. Los costes se abarataron y el ferrocarril se convirtió en el sistema de transporte de personas y mercancías más utilizado.

El barco a vapor.

Los buques a vapor sustituyeron a los veleros (\textit{clippers}) desde 1865. La sustitución de los cascos de madera por los de hierro y acero y de las palas por las hélices disminuyeron los costes de mantenimiento, aumentaron el espacio disponible para pasajeros y mercancías.

La apertura de los canales de Suez (1869) y de Panamá (1914) acortó las distancias en la navegación marítima y redujo los costes de transporte. El canal de Suez redujo el tiempo y la distancia entre Europa y la India, sin necesidad ahora de circunnavegar África; el de Panamá acortó el viaje entre la costa Atlántica y Pacífica de América al no ser necesario desplazarse hasta el estrello de Magallanes en el extremo meridional de América.

La invención de las cámaras frigoríficas permitió el transporte de carne y otros productos refrigerados o congelados desde América a Europa en las bodegas de los barcos movidos por potentes motores a vapor.

El automóvil y la aviación.

El nacimiento del automóvil fue posible gracias a la aplicación de dos inventos: el motor de explosión y el neumático. En Francia, Armand Renault, fabricó en 1903 el primer automóvil que incorporó el volante de dirección y el motor en la parte frontal del vehículo (modelo «Renault Type A»). Pero fue el norteamericano Henry Ford quien, desde 1910, extendió el uso de este medio de locomoción terrestre cuando aplicó la cadena de montaje en la fabricación de coches (el modelo «Ford T» fue el primero).
A la expansión del automóvil le siguió pronto la industria aeronáutica desde que, en 1890, los hermanos Wright consiguieron realizar el primer vuelo de un avión. Su desarrollo se produjo a partir de la Primera Guerra Mundial cuando las necesidades militares impulsaron las innovaciones técnicas y la construcción de aparatos con mayor seguridad y autonomía de vuelo.

Otros medios de transporte.

La aparición, a finales de siglo, de los tranvías y los ferrocarriles eléctricos subterráneos (metro) transformó la fisonomía de las ciudades y mejoró el transporte en su interior.

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